sábado, 5 de septiembre de 2009
Y bueh... ayer no fui a la clase. Por un lado necesitaba alejarme un poco de la práctica (un día no es la muerte de nadie), pero estoy segura de que si le pregunto a cualquiera que tenga más tiempo de práctica que yo y que esté más empapado en la filosofía oriental, me va a decir que justamente por lo que pasó el jueves, el veirnes no debería hber faltado a la clase.
jueves, 3 de septiembre de 2009
Se acerca mi exámen de 4to kyu y como tengo un poco más de tiempo, pasé de practicar un solo día por semana a cuatro.
Me encanta poder dedicarle más tiempo al aikido y cada noche cuando llego a casa después de la clase estoy agotada pero satisfecha.
Sin embargo hoy pasó algo que me afectó de verdad y que no me deja relajarme. Mi instructor está bastante exigente con la práctica y agradezco que asi sea pensando fundamentalmente en el exámen (creo que es muy difícil para alguien olvidarse de que se acerca la fecha de rendir y seguir practicando como si nada). En fin, él me apuraba para que ejecutara una técinca (cualquiera que me acordara) mientras él hacía de uke y atacaba en shomenuchi. Los ataques eran cada vez más rápidos y a pesar de que expresé que se me hacía más y más difícil responder con alguna técnica (finalmente ya solo intentaba esquivar el ataque), mi intructor siguió hasta que en un momento determinado simplemente me largué a llorar.
Ay, me sentí como una idiota!!!
Todavía no puedo creer que me haya pasado eso, y lo peor es que no puedo superar la sensación de impotencia que quedó dentro mio, no solo por no poder responder a las exigencias de la práctica, sino además por haberme bloqueado y ser incapaz de encontrarle una vuelta al ejercicio que fuera diferente a ponerme a llorar como una nena chiquita en medio del tatami.
Me encanta poder dedicarle más tiempo al aikido y cada noche cuando llego a casa después de la clase estoy agotada pero satisfecha.
Sin embargo hoy pasó algo que me afectó de verdad y que no me deja relajarme. Mi instructor está bastante exigente con la práctica y agradezco que asi sea pensando fundamentalmente en el exámen (creo que es muy difícil para alguien olvidarse de que se acerca la fecha de rendir y seguir practicando como si nada). En fin, él me apuraba para que ejecutara una técinca (cualquiera que me acordara) mientras él hacía de uke y atacaba en shomenuchi. Los ataques eran cada vez más rápidos y a pesar de que expresé que se me hacía más y más difícil responder con alguna técnica (finalmente ya solo intentaba esquivar el ataque), mi intructor siguió hasta que en un momento determinado simplemente me largué a llorar.
Ay, me sentí como una idiota!!!
Todavía no puedo creer que me haya pasado eso, y lo peor es que no puedo superar la sensación de impotencia que quedó dentro mio, no solo por no poder responder a las exigencias de la práctica, sino además por haberme bloqueado y ser incapaz de encontrarle una vuelta al ejercicio que fuera diferente a ponerme a llorar como una nena chiquita en medio del tatami.
lunes, 1 de junio de 2009
domingo, 12 de abril de 2009
Mmmm, no sé... puede que esté metiendo la pata saliendo con mi profesor de aikido. Pero que sentido tiene no hacerlo si es algo que los dos queremos.
Supongo que si llegara el momento en que alguno de los dos no puede evitar traer lo externo a la práctica, habrá que buscar el modo de solucionarlo, lo que tampoco parece tan grave...
Veremos que pasa.
Supongo que si llegara el momento en que alguno de los dos no puede evitar traer lo externo a la práctica, habrá que buscar el modo de solucionarlo, lo que tampoco parece tan grave...
Veremos que pasa.
sábado, 17 de enero de 2009
Bueno, no es para mi ninguna sorpresa, ni es para nadie que me conoce ningún secreto, que pierdo la paciencia y la compostura por nada.
Casi desde el día que empecé a practicar aikido estuve pensando por qué se me había dado ahora por comenzar a practicar un arte marcial y además, cómo es que finalmente después de investigar un poco, me había decidido finalmente por aikido.
Lo mismo me preguntó mi maestro en una de las primeras clases y mi respuesta de que estoy buscando una manera de no chocar tanto con los demás, y de que soy consciente de que tengo que encontrar una forma diferente de manejarme en la vida, no lo convenció en lo más mínimo, aunque hasta el día de hoy, yo sigo creyendo que esas son las razones por la que me decidí por el aikido después de todo.
Probablemente es una lástima que mi maestro no haya esta en la clase de esta semana cuando de repente perdí la paciencia con un alumno nuevo que me echó en cara que no me salí una determinada técnica. Pobre hombre. La gente que me vió enojada de verdad, dice que me transformo (tipo Increíble Hulk, pero sin la piel verde) y si bién yo no alcanzo a ver que cara pongo cuando una situación me saca de las casillas, es evidente que algún cambio hay, porque no existe persona alguna que no se de cuenta de lo que me está pasando.
Este hombre no fue la excepción y me pidió disculpas al menos 3 veces desde la clase hasta que nos fuimos, y si bien en todo momento le dije que "estaba todo bien, que no pasaba nada", por dentro seguía masticando bronca.
Ahora que estoy más calmada, puedo ver lo intolerante que soy. Obviamente es normal que no me salga una técnica si solo hace 5 meses que practico, de hecho creo que no me sale ninguna y eso no tendría que ser un problema porque tengo todo el tiempo del mundo para aprender, y por ahora creo que lo más importante es recordar los pasos de cada técnica (y de ser posible el nombre y bueno... paremos de contar).
El inconveniente fue que prácticamente se burló de que no me saliera y puso todo su esfuerzo en impedir que realizara la técnica. El tema de la burla sí me parece fuera de lugar, pero que como uke se resistiera a que yo realizara la técnica seguramente es lógico, yo hacía, y sigo hacíendolo en cada nueva técnica que vemos hasta que encuentro el movimiento del uke.
Espero encontrar la forma de no tener que vivir algo similar dentro del tatami nunca más, pero si lamentablemente pasa, que por lo menos mi maestro esté presente para que entienda las razones por las que comencé aikido.
Casi desde el día que empecé a practicar aikido estuve pensando por qué se me había dado ahora por comenzar a practicar un arte marcial y además, cómo es que finalmente después de investigar un poco, me había decidido finalmente por aikido.
Lo mismo me preguntó mi maestro en una de las primeras clases y mi respuesta de que estoy buscando una manera de no chocar tanto con los demás, y de que soy consciente de que tengo que encontrar una forma diferente de manejarme en la vida, no lo convenció en lo más mínimo, aunque hasta el día de hoy, yo sigo creyendo que esas son las razones por la que me decidí por el aikido después de todo.
Probablemente es una lástima que mi maestro no haya esta en la clase de esta semana cuando de repente perdí la paciencia con un alumno nuevo que me echó en cara que no me salí una determinada técnica. Pobre hombre. La gente que me vió enojada de verdad, dice que me transformo (tipo Increíble Hulk, pero sin la piel verde) y si bién yo no alcanzo a ver que cara pongo cuando una situación me saca de las casillas, es evidente que algún cambio hay, porque no existe persona alguna que no se de cuenta de lo que me está pasando.
Este hombre no fue la excepción y me pidió disculpas al menos 3 veces desde la clase hasta que nos fuimos, y si bien en todo momento le dije que "estaba todo bien, que no pasaba nada", por dentro seguía masticando bronca.
Ahora que estoy más calmada, puedo ver lo intolerante que soy. Obviamente es normal que no me salga una técnica si solo hace 5 meses que practico, de hecho creo que no me sale ninguna y eso no tendría que ser un problema porque tengo todo el tiempo del mundo para aprender, y por ahora creo que lo más importante es recordar los pasos de cada técnica (y de ser posible el nombre y bueno... paremos de contar).
El inconveniente fue que prácticamente se burló de que no me saliera y puso todo su esfuerzo en impedir que realizara la técnica. El tema de la burla sí me parece fuera de lugar, pero que como uke se resistiera a que yo realizara la técnica seguramente es lógico, yo hacía, y sigo hacíendolo en cada nueva técnica que vemos hasta que encuentro el movimiento del uke.
Espero encontrar la forma de no tener que vivir algo similar dentro del tatami nunca más, pero si lamentablemente pasa, que por lo menos mi maestro esté presente para que entienda las razones por las que comencé aikido.
sábado, 3 de enero de 2009
Fragmento de Por quien doblan las campanas de Ernest Hemingway
Robert Jordan sobre el suicidio de su padre: "Todo el mundo tiene derecho a hacer lo que hace, pensó, pero aquello no estuvo bien. Lo comprendo, pero no lo apruebo. Lache, esa es la palabra. Pero, ¿lo comprendes realmente? Por supuesto, lo comprendo, pero... Si, pero... Hay que hallarse terriblemente replegado sobre si mismo para hacer una cosa como ésa. (...) Comprendía a su padre, le perdonaba y le compadecía; pero le avergonzaba"
En cada texto que leo trato de acercarme, trato de entender cómo mi abuelo pudo llegar a pensar en su suicidio y la manera en planeó todo... comprar cada coas que necesitaba para llevarlo a cabo y las instrucciones que dejó para después, tratando de causar la menor molestia posible, ¿cómo puede ser?
Me pone mal el solo pensarlo, y es peor aún el haber estado con él el día anterior y por una milésima de segundo haber percibido que algo no estaba bien, sin llegar a darme cuenta de qué se trataba.
Es difícil analizarlo, es difícil comprenderlo y después de todo, es difícil saber si realmente quiero llegar a entenderlo.
Robert Jordan sobre el suicidio de su padre: "Todo el mundo tiene derecho a hacer lo que hace, pensó, pero aquello no estuvo bien. Lo comprendo, pero no lo apruebo. Lache, esa es la palabra. Pero, ¿lo comprendes realmente? Por supuesto, lo comprendo, pero... Si, pero... Hay que hallarse terriblemente replegado sobre si mismo para hacer una cosa como ésa. (...) Comprendía a su padre, le perdonaba y le compadecía; pero le avergonzaba"
En cada texto que leo trato de acercarme, trato de entender cómo mi abuelo pudo llegar a pensar en su suicidio y la manera en planeó todo... comprar cada coas que necesitaba para llevarlo a cabo y las instrucciones que dejó para después, tratando de causar la menor molestia posible, ¿cómo puede ser?
Me pone mal el solo pensarlo, y es peor aún el haber estado con él el día anterior y por una milésima de segundo haber percibido que algo no estaba bien, sin llegar a darme cuenta de qué se trataba.
Es difícil analizarlo, es difícil comprenderlo y después de todo, es difícil saber si realmente quiero llegar a entenderlo.
jueves, 1 de enero de 2009
Primero que nada, entiendo y asumo perfectamente que hace poco tiempo que empecé a practicar aikido. Evidentemente, cada persona que no pertenece al dojo al que asisto y que va a practicar conmigo en alguna clase conjunta, capta ese pequeño "detalle" de imnediato.
No es que me interese chocarme con todo el mundo, no es que vaya a generar conflictos con los demás practicantes, no se me cruza por la cabeza el querer lastimar a nadie, en definitiva, NO voy a pelear. Pero realmente siento que no tiene sentido que al practicar, la otra persona se preocupe tanto por no lastimarme, que a la larga ni siquera termina prácticando la técnica.
Desde mi punto de vista, hay al menos dos problemas cuando uno práctica de esa forma:
1. Yo siento que no aprendo a ser de uke, ni entiendo verdaderamente a que debo aspirar cuando tenga la oportunidad de ser nague;
2. La otra persona tampoco está aprendiendo como debería, no está aprovechando la práctica si solo se preocupa por cuidarme y no emplea prácticamente nada de lo que lleva aprendido, si solo está ahí, prácticando movimientos sin sustancia, sin intención.
No digo que yo no tenga parte de culpa, la próxima vez intentaré yo también ponerle más intención a los ataques y a las técnicas, a ver si así se dan cuenta que no van a romperme con solo practicar como lo harían con quienes práctican generalmente.
No es que me interese chocarme con todo el mundo, no es que vaya a generar conflictos con los demás practicantes, no se me cruza por la cabeza el querer lastimar a nadie, en definitiva, NO voy a pelear. Pero realmente siento que no tiene sentido que al practicar, la otra persona se preocupe tanto por no lastimarme, que a la larga ni siquera termina prácticando la técnica.
Desde mi punto de vista, hay al menos dos problemas cuando uno práctica de esa forma:
1. Yo siento que no aprendo a ser de uke, ni entiendo verdaderamente a que debo aspirar cuando tenga la oportunidad de ser nague;
2. La otra persona tampoco está aprendiendo como debería, no está aprovechando la práctica si solo se preocupa por cuidarme y no emplea prácticamente nada de lo que lleva aprendido, si solo está ahí, prácticando movimientos sin sustancia, sin intención.
No digo que yo no tenga parte de culpa, la próxima vez intentaré yo también ponerle más intención a los ataques y a las técnicas, a ver si así se dan cuenta que no van a romperme con solo practicar como lo harían con quienes práctican generalmente.
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